Siempre hay una sonrisa en mi cara.

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Siempre hay una sonrisa en mi cara

viernes, 25 de mayo de 2012

El baile de la cenicienta

Como siempre, la ciudad se despierta con aliento a humo y con un bostezo que suena a ruido de coches y a gente caminando con prisa por la calle.
Cenicienta apaga el despertador que, con su irritante pitido, la ha arrancado de los sueños que jamás llegará a cumplir. Se levanta y se mira en el espejo del baño, lamentándose de las arrugas que el cansancio de los años ha tallado alrededor de sus bonitos ojos. El padrastro ya se ha ido a trabajar pero ella aún tiene que levantar a las dos hermanas, prepararles el desayuno y llevarlas al colegio. Las niñas, medio dormidas, no hacen ni el intento de ayudarla y se marchan de casa con apenas un "adios" dicho entre dientes.
Cenicienta se recoge el pelo en un moño algo despeinado y se dispone a limpiar toda la casa. Dos horas de duro trabajo después, sale a hacer la compra al mercado. Pero antes, vuelve a mirarse al espejo. El pelo, con un brillo algo apagado, se le pega a la cara brillante por el esfuerzo. Lleva un vestido desgastado por el uso. Hace meses que no se compra nada para ella. Todo se asta en el padrastro y las hermanas.
Termina la mañana. Acaba de volver y ni siquiera ha podido sentarse. Va directamente a la cocina a preparar la comida. El padrastro llega de trabajar y se tira directamente en el sofá, alegando estar demasiado cansado para ayudarla en la cocina. Las hermanas tampoco pueden, están haciendo los deberes y, de todas formas, tampoco querrían hacerlo. Cenicienta friega todos los platos y limpia la cocina. Luego, a pesar de estar en pie desde por la mañana, lleva a las hermanas a jugar al parque.
La tarde acaba. Cenicienta hace la cena. Luego se sientan a comer. Ella quiere ver una película pero echan un partido de fútbol y el padrastro se hace con el mando antes de que pueda decir nada. Después de la cena, vuelve a fregar sola todos los platos y la cocina. Por fin, se va a dormir, agotada. Al día siguiente volverá a empezar, pero está vez será diferente. Esta vez se ha hartado de la rutina y ha ideado un plan. Cenicienta va a ir a un baile.
Por la mañana se compra un magnífico vestido nuevos y unos tacones altísimos  para lo que ella esta acostumbrada.  Va a la peluquería y se arregla el pelo. Esa noche, el padrastro trabaja hasta tarde y las hermanas se quedan en casa de sus tíos, así que aprovechará para salir de fiesta pero tendrá que volver antes de medianoche si quiere que nadie se entere de lo que ha echo.
Llega la noche y ya está sola en casa. Se viste y se maquilla, recuperando gran parte de su juventud perdida. Y sale. Baila, grita, ríe, conoce gente nueva, bebe y sigue bailando. Por primera vez en años se siente libre y feliz. Esa noche es la princesa de su propio cuento de hadas. Pero suenan las doce. Se le ha hecho tarde enseguida. Corre por la calle aunque los tacones la dificultan notablemente. En el trayecto pierde un zapato pero en lugar de disgustarle, le divierte.
Llega a casa. El cuento ha terminado. La noche del baile se ha acabado. Entra por la puerta. Ni su marido ni sus hijas saben lo ocurrido. Pero como recordatorio para ella quedan mucha imágenes y risas en su memoría   , un vestido colgado en una percha y un zapato escondido en el fondo de su camino, que, aunque no es de cristal, es el zapato de una auténtica princesa.

sábado, 19 de mayo de 2012


De vuelta a casa contando estrellas,todo me da vueltas mientras pienso en lo perdidos que estamos.
De vuelta a casa de madrugada,todo lo que digas y en la forma en que lo digas no importa.
Dices otra vez, que no hay forma de hacerte comprender y esque hay veces que enloqueces sin 
querer mientras yo salgo corriendo al ayer.
Si no vas a venir, avisame pronto, que yo quiero bailar,solo quiero olvidar toda esta situacion. 
Mientes tan bien que ya no te creo,no hay distancia en el destino ya que estas en mi camino me 
estorbas. De vuelta a casa de madrugada casi todo lo que digas y en la forma en que lo digas no importa
Nadie puede darme cuerda como tu, solo quiero bailar, quiero olvidar todo esta situacion.